Como te digo una
"co" te digo la "o"
Pero a lo que iba,
el año pasao
pillamos un chárter
de martes a martes.
Fue por esa agencia
si mujer, viajes el
Halcón,
bien como experiencia,
¿que si nos gustó
¿no nos va a gustar?,
a una la reciben
con ese Caribe,
y ese malecón.
¿Y la gente?
legal, supermaja,
no sé, diferente
y eso que el dichoso
bloqueo
los dejó, no digo que
feos
porque feos no son,
y hasta el más negrito
tiene educación,
pero, pobrecitos,
flaquitos, flaquitos,
y sin libertad.
Que tengan la culpa
Clinton o Fidel,
a mí, mire usted,
lo mismo me da.
Pa abreviar el
cuento...
que no disfruté,
que no vuelvo más.
Porque, en España,
aunque le pongas pegas,
sabemos vivir.
Sólo en Antón Martín
hay más bares que en
toda Noruega.
Por cierto, el
marisco
ni comparación.
Te cuento la cena:
los dos matrimonios,
Francisco, mi
Antonio,
Hija, a la Almudena
la vi de estropeá,
de mí para ti
que está mal follá.
porque, la verdad,
guapa nunca ha sido,
pero, ese vestido
como de almacenes
Arias,
iba de ordinaria,
pero a lo que vamos
¿que dónde cenamos?
en casa Tomás,
eh, de bote en bote,
pagamos a escote,
un kilo de gambas
con su Paternina,
su buena propina,
pacharán y puro
¿cuánto nos cobraron?
no llegó a dos mil
duros,
tú dirás si es caro
y ¿frescas? de puerto
de mar.
Y ¿limpio? con decir
Tomás,
oye, que era lunes y
había que esperar.
¡Joder con la crisis!
¿dónde está la
crisis?
Y es que hay que
saber saberse administrar.
Como te digo una
"co" te digo la "o"
¡Qué cansada estoy!
Hoy, mi siestecita,
nadie me la quita,
y, si no pego el ojo,
o pongo en remojo
unas lentejitas,
o me quedo frita
lee que te lee.
¿Qué no te lo crees?
como te lo digo,
antes, yo leía, de
higos
a brevas, de Corín
Tellado
nunca había pasado,
y, resulta que un
día,
todavía no me explico
yo a santo de qué,
mi cuñada Irene
viene y me regala
lo de Antonio Gala,
hija mía, me pongo a
leer
y, oye, qué poesías,
si sabe de una
cosas que ni una
sabe que sabía.
Y con ese estilo
y con esa lengua
y con esa pluma
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