El sueño de los padres de Lindsey Stirling no tenía nada que ver con el demonio; era menos terrorífico. Se limitaba a intentar que su hija tocara un instrumento hermoso y complejo. Pero los 15 minutos de clases semanales que podían permitirse pagar, no eran suficientes -según sus maestros- para que una niña aprendiera violín. Los maestros, claro, se equivocaron. Como también lo hicieron varias discográficas al juzgar su música como poco comercial. O el jurado de un famoso concurso televisivo de talentos al eliminarla prematuramente. Después de tanto rechazo a Lindsey sólo le quedaba su música… y YouTube. “Creo que la tecnología ha democratizado la industria del entretenimiento”, asegura, “es la voz del pueblo. Dejémosle que elija”. Lo que el pueblo ha elegido es convertirla en una intérprete de éxito: su canal acumula más de 1.300 millones de reproducciones y, gracias a ello, hace giras mundiales y los dos discos que ha publicado son un éxito de ventas.
Stirling, convertida ahora en toda una estrella gracias a las redes sociales, tiene como filosofía atreverse. Atreverse siempre. Así lo expresó en su autobiografía -entre los bestsellers del New York Times en enero de 2016- y así lo contaba en una entrevista hablando precisamente de su libro: “Los piratas no aceptan órdenes ni piden permiso (…) Si alguien te dice que no eres lo suficientemente buena, que tus sueños son demasiado elevados, o asegura que no hay sitio en el mundo del espectáculo para una violinista que baila… bien, entonces, ponte un parche en el ojo, mi amigo, y navega por el alta mar”. Seguro que hoy más de un ejecutivo discográfico de los que la rechazó, se pregunta porqué él no supo aquello que la gente estaba buscando.
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OPINIÓN: Lindsey Stirling ha logrado tener tantas visitas o más que otros artistas consagrados como Adele o el mismísimo Enrique Iglesias con "Bailando". A esta mujer le cerraron las puertas en un "talent show", al igual que en diferentes discográficas, en las que estuvo al comienzo de su por ahora corta pero exitosa carrera musical. La fama que ha alcanzado gracias a Internet, puede demostrar a aquellos que no supieron ver su talento que estaban completamente equivocados con su música y con ella como artista con proyección mundial.
Como dice el refrán: "La suerte no es para quien la busca sino para quien la encuentra".
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