lunes, 16 de noviembre de 2015

Joyas del patrimonio cultural que estamos perdiendo

Una misteriosa arpista, el primer botijo que se conserva en España y la tumba de un mártir forman parte de joyas que se desmoronan.

No es la Catedral ni el Museo Salzillo. Ni tampoco el Casino. Ni el santuario de la Fuensanta. No. Los auténticos tesoros en peligro, en muchos casos, no están tan expuestos al asombrado visitante que, sin duda, se asombraría más si descubriera cómo la abulia administrativa y la incultura política están acabando con nuestro patrimonio histórico. Hace ahora un siglo, el célebre periodista Martínez Tornel publicaba en su 'Diario de Murcia' una advertencia dirigida a «los murcianos del futuro». En ella suplicaba que cuidaran la torre de la Catedral y las imágenes de Salzillo porque, mientras existieran, existiría Murcia. Quizá ha llegado el momento de actualizar y ampliar aquella lista. Muchos tesoros son candidatos para entrar en ella. Sin duda. Pero sobre estos diez pocas dudas existen de que corren un peligro cierto e inminente.

El Puntarrón Chico. Yacimiento de la Edad de Bronce -cultura argárica- ubicado en la rambla de El Garruchal, en Beniaján. En él se hallaron piezas de cerámica, cuchillos de sílex, punzones de hueso, brazaletes, sortijas, alabardas de cobre y bronce, e incluso enterramientos, tanto en cista [cuatro losas laterales y una quinta que hace de cubierta] como en tinaja.

Muy pocos saben que en este yacimiento se encontró el botijo considerado como el más antiguo de la Península Ibérica. Está compuesto por un depósito cilíndrico que presenta un orificio de unos dos centímetros y una asa. Se conserva en el Museo de Arqueología de Murcia.

Cabecico del Tesoro. Es una necrópolis ibérica ubicada en las estribaciones de El Valle, en El Verdolay. Está fechada en su inicio sobre el 500 a.C. y se mantuvo hasta la llegada de los romanos. En el lugar hay más de 609 enterramientos documentados.

Basílica de Algezares. Se trata de un espléndido conjunto arqueológico de época tardorromana, visigoda e islámica. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1979. El templo de época paleocristiana data del siglo VI. Atesora un baptisterio único. El descubrimiento de una gran escalinata próxima aconseja ampliar el límite de protección. El proyecto debería incluir otros lugares de importancia para la ciencia y que están próximos, entre ellos el castillo de Los Garres. Por no mencionar los que hay en el Puerto de la Cadena (Castillo de la Asomada y del Portazgo). Por cierto, hubo otra basílica en Espinardo, donde ahora se alza Joven Futura.

La balsa construida en el Castillejo. Al fondo Monteagudo






















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Lo cierto es que el patrimonio cultural es parte de nuestro legado y uno de los importantes elementos que han configurado nuestra identidad actual como habitantes de esta comunidad autónoma. Perder dicho patrimonio equivale a perder una parte de nuestra identidad cultural.

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