Estos son los variados comentarios que me han llegado sobre el tema en los últimos días. Los resumo a continuación:
"Ha muerto Rita Barberá, exalcaldesa de Valencia-ad-eternum (24 años, toma ya).
Ha sido por la mañana. Ésto lo escribo a las seis de la tarde porque estoy harta (¡harta!), de lo-que-oído-visto-en la calle, en la tele, en la radio. Todos opinando sobre el tema. En plan canibalismo cainita tan español (y tan cutre), que la muerte "ha-sido-por-la-presión-del-juicio" (??), que "han-sido-los-del-Opus-por-verla-caer-tan-bajo" (??), que "ha-sido-un-asesinato-pá-que-no-tire-de-la-manta..." (??).
Escribo ésto, insisto a las seis de la tarde de hoy 23 de noviembre, sin tiempo para leer nada o escuchar versiones más profundas sobre el tema. Mis fuentes son exclusivamente orales y de la calle..
Me digo "¡basta ya!": la muerte forma parte de la vida, nos morimos todos (quien suponga que es eterno, que levante el índice izquierdo).Y sobre todo, ¿qué sé yo de esta señora, salvo algún aspecto de su vida pública?..."
Me duele la cabeza con el monoasunto y me parece que va a ser una tarde-noche breve: tomar temprano la cena-las pastillas y dormir plácidamente bajo el susurro de los truenos (sí, cierto, hay tormenta en Cartagena...).
Descanse en paz.
Positivo: La muerte de R.B. ha conseguido rebajar el run-run de la reforma de las pensiones (otro tema manido, pero que me afecta más, GLUBB).
Creo que nos encanta agitar los problemas para ensancharlos y así disolverlos, pero, sobre todo, para que adormezcan la sensación de vacío del vulgo vulgaris.
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