Los abrigos y los jerséis de lana permanecen intactos en los percheros y estanterías de la mayoría de los comercios cartageneros. Ni siquiera cuando calienta el sol lo hace a gusto de todos. Los comerciantes atraviesan un momento duro, tras un verano aún más, en el que apenas se ha hecho caja. Los pequeños y medianos empresarios sobreviven, dicen, con las buenas ventas registradas desde principios de este año, que el gremio cifra entre un 5% y un 7% de subida, con respecto al año pasado. De mantenerse ese ritmo sería el segundo año consecutivo con incrementos, después de seis con bajadas, por estar el consumo por los suelos.
Los comerciantes no cantan victoria aún, porque saben que hasta que no cambie el tiempo y llegue el frío, las prendas de ropa y el calzado seguirá en las estanterías. Temen un mal final de temporada.
La situación es similar tanto en las tiendas del casco antiguo como en las del Ensanche y en el centro comercial Espacio Mediterráneo, las tres zonas con mayor concentración de comercios de Cartagena.
Solo la llegada de miles de turistas en los meses de septiembre y en lo que va de octubre ha amortiguado la caída. Eso lo sabe muy bien una de las dependientas de la tienda de ropa de niño ubicada en la calle Santa Florentina Sargent Major, Silvia Gómez. «Desde principios de año las ventas han aumentado hasta un 13%, pero ha sido llegar estos meses y se han parado. La ropa de invierno no está teniendo salida. Solo los extranjeros han comprado, porque aquí los precios están más baratos y en sus países, sobre todos los que proceden de Europa, ya hace frío», comentó esta trabajadora.
Algo similar opinó el dueño de la tienda de ropa Doca, Juan José Arias. En este caso, sus beneficios han aumentado en lo que va de año con respecto al pasado «entre un 5% y un 8%». En su opinión, habría sido «mayor» si no hubiera hecho tan buen tiempo. Coincide en «que los turistas, sobre todo los que llegan en cruceros, son los que más han comprado». Puso como ejemplo, «dos mejicanos que entraron este semana pasada y se llevaron dos abrigos bastante caros. Junto a los estadounidenses y los holandeses, son los que más gastan».
El persistente calor está haciendo estragos en los comercios de Cartagena, y por ahora solo nos salva la figura del turista procedente de los países europeos en los que habitualmente hace frío en este tiempo.Todo el mundo se agarra a la ropa aún veraniega debido a las altas temperaturas impropias de esta época del año.
Información obtenida del diario La verdad de Cartagena.
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