lunes, 25 de mayo de 2015

EL BECARIO

Jon decidió que quería ser alguien en la vida. Por ello, los años del Bachiller nunca desaprovechados, le llevaron a confiar en sus posibilidades. Jon sabía que la carrera de su vida “periodismo” era excesivamente complicada. Pero él que estaba decidido a conseguir su objetivo se matricularía, por entonces, en el primer año de Periodismo y Documentación en la Universidad de Murcia (UMU). Allí, pensó una vez que estuvo dentro que no era ni por casualidad igual de prestigiosa y difícil que la Complutense. Por lo que, creyó que sería un camino de rosas. Los primeros años fueron muy bien pero luego cuando se matriculó de tercero llegó a pensar que truncaba un poco  su sueño debido a que no logró tener una especialidad en dicho curso que le formase como periodista deportivo o corresponsal de guerra. En fin, superó el otro año que le quedaba de grado con muy buenos resultados. Lejos quedaron algunas entrevistas a diferentes personas ya fueran familiares o alguien con reconocimiento social en los que ponía todo su empeño por llegar a ser un buen aprendiz en su formación. Ahora tenía que tratar de hacer un máster de su profesión por lo que planteándoselo decidió irse de becario a Madrid, su destino la universidad Complutense. Ya en Madrid, descubrió que la beca era solo para los mejores y tenía que pujar fuerte en los estudios. Este viendo que le fallaban los resultados en los primeros meses de su especialidad debido a que no podía costearse los estudios si suspendía decidió irse a mendigar al metro de Madrid, donde el dinero recolectado le serviría para complementar con el que recibía para los gastos del piso, la comida, la factura de luz y el agua, etc. Éste  era el motivo que lo mantenía alegre pues lo pasó realmente mal esos meses, luego vio  recompensado todos sus esfuerzos, pues logró motivarse y comenzó a sacar buenas notas en los estudios. Sus notas al final del curso eran las mejores, nada podía pararle ahora que todo estaba a su favor. Jon fue el alumno más destacado. Por lo que cuando terminó pudo ejercer de inmediato. Sus palabras y gestos delataban un gran periodista, es más, muy bien formado, correcto y con mucho enganche ante la gente lo cual le favoreció para poder alcanzar su objetivo que no era otro que ser corresponsal en televisión, dejando atrás su objetivo de periodista deportivo o de corresponsal de guerra, algo por lo que en cierta manera sentía admiración. Sin embargo, su destino  le hizo encontrar su verdadera vocación en este oficio tras pensárselo muy bien. Con el tiempo decidió vivir en Madrid y allí se llevó a los suyos. Su vida cambió y gracias a su humildad logró llegar muy lejos. Y ser un orgullo para todos aquellos que confiaron en él, sin olvidar que nunca hay que rendirse en la vida.

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