Helen iba como siempre de camino a casa, junto a ella su compañero de trabajo por el que últimamente se la veía desfogada en el amor. Paró el coche, se acercó hasta él, sintió un cosquilleo, el calor le ardía por su interior, dio rienda desenfrenada junto a ese compañero tan especial de trabajo, con el que siempre se veía todas y cada una de las noches. Lo dejó dos manzanas antes de llegar a su casa. Allí la esperó Logan, él era la mascota de la casa, tanto que se alegraba de verla todos los días cuando llegaba, pero éste cada vez que la olía percibía el olor especial de aquel hombre como si de alguien conocido se tratase y el cual ella rápidamente apartaba su hocico para que no reconociese. Ya en casa se duchó para quitar sospechas a su marido, el cual, estaba solo en el piso de arriba, esperando como siempre a que ella llegara. Antes de subir a verle, ésta buscó algo de comer en el frigorífico. Así pues, abrió y sacó unas lonchas de pavo y algo más que llevarse a la boca. Después cerró, se dispuso a abrir de nuevo para coger unas lonchas de jamón york y pan de sándwich que pululaban por algún lugar del frigorífico. Luego sacó aquel zumo que tanto le gustaba a su marido y a ella y el cual escaseaba. Su esposo ante el ruido y su llegada, bajó. Así, ésta pudo compartir el zumo que quedaba con él. De pronto, se dio cuenta de algo inevitable y era que quién tenía enfrente era a su marido y sintió un cariño que le enterneció el corazón. Por éste, sentía amor verdadero pero no podía sofocar su pasión como aquel otro hombre que siempre le acompañaba del trabajo. Ella sabía que aquello no estaba bien pero aún así insistía en ese doble juego que cuando subió al dormitorio, como si se tratase de un viejo juego de las damas que aún conservaba se dio cuenta de que no podía continuar más así, porque se había saltado las reglas, al igual que ver dos fichas rojas sin saltar en el mismo lugar y no ser consciente de ello, la partida tenía que concluir. Ella miró a su marido y vio en él aquella persona que fielmente estaba a su lado, pese a todo lo que pasase, pese a que tenía una enfermedad por la cual los médicos le habían dicho que no podía hacer esfuerzos por la noche. Muy a pesar suyo la quería y esa muestra de amor que cada noche se demostraban con un abrazo era más que todo el amor que le pudieran ofrecer. Así que, se arrepintió, pues sintió que era todo el amor que ella podía esperar y tener de alguien al cual amaba con toda su alma. En definitiva, ella pensó que él jamás lo sabría y las cosas no tenían por qué cambiar.
CADENA DIAL QUE FALLO EN LO VUESTRO 17-10-14
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