lunes, 13 de abril de 2015

LA RELIGION EN EL SIGLO XXI


¿Por qué es muy  importante la  religión para unos y no tanto para otros?
Ante todo quiero decir que yo soy lo que se llama comúnmente cristiano no practicante. Pero en este mundo, en el que hay de todo, como en la viña del Señor, hay ateos, católicos, budistas, judíos, musulmanes, protestantes, y otras religiones minoritarias pero tan importantes para los que la practican como cualquiera de las otras.
A pesar de todo ello, soy consciente de que muchos, sobre todo ateos, algunos filósofos y muchos comunistas afirman que la religión es el opio del pueblo. Desde su punto de vista es una idea muy controvertida. Ellos afirman que si Dios está ahí las personas perdemos nuestra libertad, porque al resignarnos con nuestros problemas o con nuestras enfermedades, muchas veces, que no todas, no luchamos contra nuestras enfermedades o incluso con nuestros problemas. Esto, sobre todo, ocurría en la Edad Media y antes, creo yo, de la aparición de la ciencia, porque hay que tener en cuenta la controversia, ahora ya superada, en la que se enfrentaba ciencia y religión, como agua y aceite.
Actualmente, en estos tiempos, en pleno Siglo XXI, hemos tenido el caso de la teoría de la liberación en Latinoamérica y, aquí en España, lo que se llamaban curas obreros. Son personas religiosas o con algún tipo de espiritualidad que de alguna manera los conecta con el cosmos y sobre todo con las personas que los rodean, curas y montones de personas laicas, que piensan que Dios era una persona combativa y que revolucionó el tiempo en el que vivió y que sobre todo luchó por los suyos sin mirar a quien.
Hay un filósofo, Eric Fromm, que escribió un libro llamado “Miedo a la libertad” cuya portada era muy significativa: Un pájaro encerrado en una jaula. Cada persona puede interpretarla de una manera distinta según sus vivencias, su personalidad y su forma de enfrentarse a la vida pero para mí significa una forma de superación,--porque yo me imagino al pájaro abriendo la jaula y volando en libertad aunque en el fondo el pájaro sienta que una de sus patas estará siempre atada de por vida por una gran cadena “psicológica” a la jaula donde siempre ha estado--  a pesar de que en el fondo sepamos que hemos fracasado. Pero siempre queda la esperanza de que algún día ese pájaro rompa esa cadena que lo une a su pasado y eche a volar y en su vuelo encuentre otros pájaros encerrados también en sus jaulas “psicológicas” y los ayude a volar.
Cuando hablo de ayudar me refiero, en mi caso, de expiar, de ayudar  en el sentido de la solidaridad que es lo que he hecho con mi voluntariado en buena parte de mi vida. Ayudar en el “Proyecto Ilusión” que es un grupo de amigos que compartimos momentos de ocio y convivencia en el que algunos somos voluntarios y otros discapacitados físicos. Y la verdad: ¿no sé quién ayuda a quién? porque todos formamos una piña y los “paracas”, como cariñosamente los llamamos, emanan una alegría, una perseverancia, cada uno con su grado de discapacidad, y unas ganas de vivir, que muchos de las personas sin ningún grado de discapacidad, para sí la quisieran.
Otro de los voluntariados que me gusta realizar es con las personas mayores, con nuestros mayores, porque cuando se es mayor, aunque mi padre que frisa ya los 80 lo llama “juventud acumulada”, muchas veces, por no decir en la mayoría de los casos, se vuelve otra vez a la niñez; en las familias el ejemplo son los abuelos mayores que se vuelven otra vez dependientes de…En las familias esta dependencia se suple con los hijos que, cariñosamente y porque “nace” devuelven a sus padres el amor y la ayuda que estos dieron en un principio y a lo largo de la vida a sus retoños. Pero desafortunadamente no todas las familias son iguales, por motivos de edad, sociológicos, laborales o económicos y para eso están los asilos y las residencias de mayores o como también los voluntariados que realizan algunos universitarios que, a cambio de estancia, acompañan a ancianos que viven solos en sus casas.
También en el ámbito de la educación se puede realizar voluntariado, ya sea con mayores, como aquí en Cartagena, el que realiza el colectivo Carmen Conde, o con niños, como la “escuelita”, ubicada en la Iglesia de los Padres Paules, “capitaneada” por Paquita y cuyo capellán es Fernando. Allí los voluntarios, de todas las edades, damos clases a niños a los que en la mayoría de los casos, marroquíes y ecuatorianos aunque también españoles, provienen de familias humildes, y en algunos casos desestructuradas, que necesitan un apoyo escolar y en esta época de crisis también algo para alimentarse a la hora de la merienda.

Bueno, esta es mi experiencia, pero si vosotros estáis pensando en realizar un voluntariado y por los motivos que sea no encontráis ni tiempo ni lugar yo os diría algo que ya dijo alguien muchos siglos atrás: “Haz bien y no mires a quién”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario