lunes, 30 de junio de 2014

LUCES EN LAS SOMBRAS

Nosotros debemos preguntarnos, ante todo, si es que anhelamos  pasar de la infancia y la adolescencia a esa  etapa en la que tenemos que aprender a amar y ser amados. Donde todo recae en querer encontrarnos dentro de la matriz materna, entre las aguas que nos fluyen por todas partes y nos envuelven, para así, poder estar ahí, en esa etapa en la que queremos, y cómo a través de nuestra conciencia o propiamente sin ella, estamos y vivimos dentro de dichas aguas llenas de paz y vida, que sin más se rompen cuando salimos fuera de las mismas. Todo es como poder estar disfrutando por primera vez, en la playa bajo las olas del mar que tan buenos recuerdos nos traen. Si tuviéramos en cuenta que cuando estamos, en esa etapa, por la que siendo pequeños crecemos un poco más y echamos a andar, sin  pensar que nadie debe pararnos, descubriremos que así llegamos a ser como los surfistas, cabalgando contra esas olas que nos surgen en la vida. Dándonos cuenta que no hay mejor manera de afrontar la propia vida que cabalgándolas y que se  calmen, esas  olas como si estuviéramos otra vez, jugando en quién sabe dónde, quizás, de nuevo en el útero materno o en esos sueños que se nos provocan de mayores, pero basta ya de pensar en esos sueños de igualdad y justicia. Porque lo que hay que hacer es dejar de lamentarnos por la controversia de los sueños espejo y no crear un muro que está hecho de imaginación, si nos escondemos  del mundo sin vivir y pensamos que es mejor existir en la fantasía de vernos estar bien bajo esos sueños forjados de la nada. Y si no sabes buscarle las patas que nos hagan andar en esa imaginación y descubrir que estamos hechos de un camino de vitalidad, buenas acciones y la acción de no arrepentirse de ser como somos. Basta ya, de esas pequeñas fronteras entre unos y otros si bien todos estamos hechos de la misma acción de la vida. Y pensar que soñamos muchas veces con un mundo pleno de igualdades, pero si le ponemos trabas y nos dejamos llevar por los sueños, solo haremos eso encerrarnos en no dejar que nos descubran, así como somos con nuestros pequeños defectos pero que al fin y al cabo todos y cada uno de nosotros poseemos. Que esos sueños en los  que nos encerramos no creen fronteras, porque no es hora de soñar sino de abrir los ojos a la realidad que no es otra misma que  ser más tolerante, para así, comprendernos mejor, y pensar por los demás y ver que nos podemos poner en su lugar porque de esta forma nos daremos cuenta de que todo tiene luces en las sombras.
Basado en el programa Luces en la oscuridad. 00:30h sábado 07-06-2014 con Pedro Riba. Gestiona radio. 94.8 FM.

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