lunes, 23 de junio de 2014

LA BOTICA DE LA ABUELA

            Este va ser uno de los tantos artículos de una serie que intenta enseñaros remedios caseros, para que en vez de acudir a la farmacia por un simple resfriado y engordéis los beneficios de las grandes farmacéuticas, vayáis a estos textos, y de una manera sana y natural—como hacían los chamanes en el Paleolítico—poder curaros. Ahí van:

            LA DEPRESIÓN
            La depresión es un trastorno desconocido e incomprendido. Muchos muestran desconfianza o una actitud de recelo hacia quien la padece. Pero, para quienes la sufren, una parte importante de la población, es un problema grave.
            Se calcula que sólo la mitad de las personas depresivas son reconocidas como tales y reciben un tratamiento adecuado. Sin olvidar que en cualquier caso hay que consultar con psicólogos y especialistas; se proponen algunos remedios que, sin duda, aliviarán los síntomas de las personas proclives a esta dolencia.

            RECETA:
            Cara larga, mirada ausente, gesto taciturno, hombros caídos y un ánimo por el suelo suelen ser las señas de identidad de la persona deprimida, melancólica, triste. Para combatir esta dolencia se utilizan numerosos medicamentos y preparados farmacéuticos, algunos de los cuales tienen otros efectos secundarios. La siguiente receta, experimentada a lo largo de generaciones puede resultar de gran ayuda sin olvidar los consejos de psicólogos y psiquiatras.  

            INGREDIENTES:
            ½ l de vinagre de manzana
            ½ kg de ajos frescos
            ½ cabeza grande de ajos secos
            ½ l de glicerina
            ½ de miel de romero.

            FORMA DE TOMARLO:
            Tomar una cucharada sopera media hora antes de las tres comidas. Si la depresión es muy fuerte, se puede doblar la dosis.

            PREPARACION:
            1.- Mezclar los ajos frescos troceados, los ajos secos laminados y medio litro de vinagre de manzana. Guardar la mezcla en lugar fresco y oscuro durante cuatro días, removiendo diariamente.
            2.- Al cuarto día, agregar a la mezcla la glicerina y el medio litro de miel de romero, y dejar macerando en lugar oscuro un día más.
            3.- Filtrar y escurrir bien el macerado. Presionar bien los ajos para que suelten todos sus principios activos: azufre, alicina, aceites, etc. Finalmente, almacenar en un recipiente de cristal bien cerrado.

















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