lunes, 3 de marzo de 2014

BRILLA CON LUZ PROPIA

Deseando que llegará el día esperó a que su vida diera un cambio de lo más decisivo. Susurrándoles a las estrellas clavó su aliento en los cristales de la ventana. Quería ser astrofísico de mayor, siempre tenía una foto de su ídolo “Pedro Duque” junto a la mesita de su habitación. Empezó a estudiar duro para sacar las mejores notas de toda su clase. Y justo cuando lo consiguió en el último año de Bachiller, apareció una rubia con unas curvas despampanantes, ojos enamoradizos y labios ligeramente sensuales. Él se acercó tentado por la curiosidad. Parecía, como si nada más le importase. Ella quedó prendada de él, pero cuando se contaron lo que querían ser de mayor, para llegar a cursar estudios en el siguiente año académico quedaron muy a disgusto. Pues él quería ser astronauta y ella actriz. Una vez que éste puso las noticias, descubrió que no había más subvenciones para viajar al espacio  hasta el 2030, año en el que habría una expedición a Marte, en donde se lanzaría una nueva lanzadera al espacio. Así que decidió dejar de lado esa profesión y hacerse actor. De esta forma, sus mundos no estarían tan separados. Ambos destacaron con brillantez en sus carreras. Y cuando salieron de la facultad de Interpretación y Bellas Artes decidieron hacer las américas. Allí empezaron de segundarios, pero sus vidas se entrelazaron más al actuar juntos en: “No es tiempo para ambos”. Era el papel perfecto para ellos, ni que decir tenía que lo clavaron. Así que, pasado el año por Marzo se celebraron los Óscar de Hollywood y por supuesto, estaban nominados para la codiciada estatuilla de oro y como era lógico, las obtuvieron. Por entonces, él recordó lo que había sido su vida hasta el momento, a través de su visión del más allá, de todo cielo estelar, por el que tantos años soñó con surcar, para verse en ese espacio, que aunque no fuese sideral, lo habían hecho volar a lo más alto. Donde mirando desde los cristales de su ventanal podía ver lo grandioso que era el  firmamento y que no necesitaba tanto para ser feliz, pues había muchas formas de soñar con las estrellas, las constelaciones, las galaxias…dejando de lejos toda esa “fantasía”, lo consiguió todo en la vida. Pues sus sueños cogieron realmente el cauce que necesitaban.
COMENTARIO: Y es que nuestro destino, como nuestras vidas a veces dan un giro  de 180º. Y así encontramos lo que queremos ser o somos, dándonos cuenta de cuál es nuestro camino a seguir. Y es que hay que tener claro lo que queremos ser siempre pero sino encontramos nuestra vocación o algo por lo que merezca la pena luchar para conseguir en esta vida, rara vez lo alcanzaremos ese objetivo.




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