lunes, 17 de marzo de 2014

Escuchar y atender a los adolescentes

No es la adolescencia, es un problema psiquiátrico

Los primeros síntomas de una depresión o una psicosis en jóvenes pueden confundirse con actitudes propias de esta edad convulsa
Detectarlos a tiempo mejora el curso de la enfermedad y reduce las dosis necesarias de fármacos
La madre de Blanca murió hace dos años. Ella tenía 16. Se sentía perdida. Como es lógico. Cuando ya había transcurrido un mes y medio, le parecía que había pasado ya una eternidad y la tristeza tomó matices insoportables. Su maestra la llevó a la consulta abierta que el programa Salud y escuela de la Generalitat de Cataluña tiene en la mayoría de centros escolares y el enfermero la derivó al Centro de Salud Mental Infantojuvenil ­(CSMIJ) de Les Corts, en Barcelona. Allí pudo asistir a unas cuantas sesiones de psicoterapia durante un año.
"Me dieron herramientas básicas para poder afrontar la pérdida", explica Blanca, que insiste que fueron también la gente de su entorno y su propia capacidad de lidiar con situaciones difíciles lo que la ayudó a superarlo. Sin embargo, ahora, transcurridos dos años, reflexiona: "Este tipo de servicio es muy útil para no caer en una depresión".
Blanca pudo detectar, junto a su maestra, que necesitaba ayuda profesional. Pero no siempre es así. Más bien sucede lo contrario, porque los adolescentes no acostumbran a decir "quiero ir al psiquiatra". Cuando algún trastorno grave apunta en su interior, tienen múltiples formas de mostrarlo. Pero muchos de los primeros síntomas de una depresión o una esquizofrenia pueden confundirse a menudo con actitudes y pensamientos propios de esta edad convulsa.
Cuando atraviesan la barrera entre sentirse un poco "depre" y meterse en una depresión, pueden expresar cansancio extremo, pérdida de peso, trastornos importantes del sueño, expresar que se sienten inútiles o desamparados y tener una pérdida de ánimo o de interés por lo que antes les gustaba. "Es una suma de síntomas que pueden parecer propios de la edad, pero se acumulan y aparecen de forma más brusca", explica José Luis Bonal, pediatra, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
El 75% de las enfermedades mentales arrancan en la pubertad
"Si empieza a decir que no quiere salir de casa porque los vecinos le persiguen, o aparece un descenso brusco del rendimiento escolar o un progresivo aislamiento, y a esta acumulación de conductas se le suma que consume cannabis o tiene antecedentes familiares de primer grado con trastorno mental, es cuando hay que empezar a preocuparse, porque podría tratarse de un trastorno psicótico incipiente", aclara Lluís Lalucat, director del Centro de Higiene Mental Les Corts, pionero en España en el tratamiento y la prevención de enfermedades mentales graves.
Este médico psiquiatra subraya que detectar e intervenir cuando el trastorno se halla en su fase incipiente, es decir, cuando todavía se trata de estados mentales de riesgo o se ha producido solo un primer episodio, puede modificar el curso de la enfermedad, mejorar el pronóstico y evitar daños.
Sobran los motivos para estar alerta: "El 75% de los trastornos mentales que cursan en la edad adulta se iniciaron en la adolescencia".
Es clave formar a los médicos para que identifiquen estos trastornos
La prevalencia de la depresión se sitúa en torno al 6% en adolescentes. La esquizofrenia está sobrepasando el límite del 1% del que siempre se ha hablado y algunos expertos hablan de un 2% entre la población joven.

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Texto escrito y sacado de Internet por José Manuel Ortigosa Ruiz.

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