Nació en Toledo, hijo del periodista y escritor Federico Lafuente, que contaba entre sus obras un El Romancero del Quijote (1916). Enseñó a su hijo a amar el teatro clásico del Siglo de Oro, que llegó a conocer muy bien; el hijo, sin embargo, quiso hacerse y se hizo ingeniero industrial y ejerció en España, América y África. Entre 1928 y 1931 recorrió gran parte de los Estados Unidos, lo que le sirvió luego para ambientar sus historias, cuyos detalles de atmósfera y localización son rigurosamente exactos. Durante la Guerra Civil,Enrique Jardiel Poncela le dio un consejo: «Escribe para que la gente se divierta, es la única forma de ganar dinero con esto». Ese fue el fundamento de su manera de escribir; desde el principio buscó la amenidad, prescindió de las largas descripciones y trabajó sobre todo los diálogos, con unos modismos muy característicos y una acción disparada. Durante la guerra llegó a ser general de Artilleríadel Ejército Republicano en el frente de Toledo y tras ella decidió no exiliarse, por lo que padeció cárcel en España varias veces. En prisión comenzó a escribir de forma más concienzuda, aprovechando trozos de papel que conseguía aqui y alla.
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