Se atribuye al marino griego Piteas (siglo IV ac) la descripción de la
influencia del sol y la luna sobre el nivel del mar. Esta intuición
científica, sin embargo, no fue confirmada hasta que Isaac Newton
público en 1687 la explicación sobre las mareas que hoy se considera
comúnmente aceptada. Y es que desde muy antiguo, los movimientos marinos
han seducido al hombre con su matemática regularidad y su poética
belleza. En todas latitudes se ha buscado conocer las mareas para
aprovechar sus efectos en las costas. Incluso en mitologías guerreras,
como la nórdica, Njord, deidad marina, se representaba como un ser
amable y benefactor, aunque pudiera reaccionar con una fuerza temible,
acorde a su gran poder. Y en el sintoismo japonés Watatsumi, el más
fuerte de los divinos dragones acuáticos, era tenido por un buen
anfitrión en su palacio sumergido y generoso con los hombres.
Hoy somos conscientes de que no hay dioses ocultos detrás de los
movimientos de las mareas, sino una maquinaria perfecta -y todavía más
asombrosa que la divina- guiada por la fuerza de la gravedad. Estos
movimientos marinos pueden ser igualmente benefactores para la humanidad
sin necesidad de recurrir a milagros, si sabemos cómo aprovecharlos; y
eso es lo que está consiguiendo Atlantis Resources con la instalación de
turbinas en las costas para generar energía eléctrica. Los argumentos
que ofrecen para la explotación de este tipo de producción energética
parecen irrebatibles: es más predecible y constante que otras fuentes
limpias (como la solar o la eólica), no genera residuos contaminantes,
resulta completamente renovable, es muy poco agresiva con el hábitat en
el que se instala, sus necesidades de conservación son mínimas y
sencillas y, además, puede ser altamente eficiente (con el proyecto más
ambicioso que desarrollan en la actualidad quieren generar electricidad
para 200.000 hogares en una instalación que ocupa poco más de dos
kilómetros de la costa de Escocia).
Extraído de el periódico el país:http://one.elpais.com/
OPINIÓN: Esta energía del mar, genera también energía eléctrica que procede de las mareas, aparte de la producida de la eólica o la solar, resulta completamente renovable y podría ser una salida o un recurso para no terminar con los hidrocarburos, el gas y el carbón. Así como la solución para evitarnos una gran factura económica. La prueba de que no se ha desarrollado aun es porque no ha existido una Legislación y un apoyo económico que lo respaldara para desarrollarse sólidamente. Si esta energía se utilizara en un futuro, va a ser un mercado en constante desarrollo. Solo falta ponerla a prueba de forma responsabilizada por los gobiernos y los empresarios, en mi humilde opinión.
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