lunes, 20 de octubre de 2014

FUERON LOS CELOS

Tom exaltado preguntó:¿Es Jade?-No ella no va a volver-dijo su fiel amigo Sam. Debería estar desesperada para hacerlo-Eso, ¿a qué viene? Tú no sabes de lo que se trata, es un amor muy cerrado en vínculos, pero es lo que quiero para mí-No ves que así no la conseguirás-Y, ¿Qué debería hacer?-Ser más permisivo con ella-concluyó a esta conversación que mantuvieron Tom y él, después de que meses antes ella finalizará su relación.
Tom solamente quería reconquistarla, de tal forma que no se dio por vencido y quedó con ella. Para ello, le escribió una carta en dónde la invitaba a una fiesta con amigos. En dicha carta decía haber cambiado su forma de ser.
Hola Jade, ¿Sigues igual de guapa que siempre? ¿Me preguntaba ahora que no estoy tan obsesionado si te gustaría venir a mi fiesta?, creo firmemente que he cambiado mi manera de comportarme con quien en realidad me importa. Me encantaría volver a verte.
P. D: En la fiesta habrá muchos amigos.
En efecto,así fue como ella accedió a su invitación, y como no le dejarían de venir ideas distintas sobre lo que ella llevaría puesto: escote, mallas, minifalda. Éste mostraba indicios de ser una persona posesiva, aunque no tantos como lo fue al verla entrar cogida de la mano de otro, quizás no eran solo amigos. Por lo que, sin pensárselo dos veces Tom le preguntó por qué se había ido de su lado, a lo que ella le suscitó que ahora todo había cambiado.
Nunca me has permitido la más mínima insignificancia de poder hacer lo que quiero. Se acabó-musitó Jade.
Fue, entonces, como descubrió que  no estaba hecha para él y terminó ahogando sus penas en un garito cualquiera de la ciudad. Allí conocería a otra mujer y a la vez creyó enamorarse. Pasado un tiempo desde que sintieran la pasión, sobre todo, él ante esta conquista y fue cómo notó que últimamente su mujer se comportaba muy liberal. Por lo que, decidió concluir con esa relación surgida meses antes. De hecho, un día tras otro, vio como era ella solamente quién venía bebida, aparte de que llegaba, tarde a casa, más de una vez. Además demostró que le encantaba hacer las cosas a su manera. Por su parte, él que se comportaba como celoso, pero todavía no había llegado a límites extremos, se resintió y pensó en la que fue su primer amor, Jade.
Y pensar que la dejé escapar, ¿qué podría hacer yo para  volver a recuperarla? Dijo más que dubitativo.
Sucedió, por entonces, que aquel hombre con el que ella ahora vivía, era un juerguista, al igual que la que él se buscó. Por lo que, quedaron en reencontrarse tras meses, para poner celosas a sus respectivas parejas, y fue así como descubrieron que tras soportar  a otros había esperanza en los dos. Por una parte, todo volvió a ser lo que Tom más quería, así aquello que el destino separó, lo unió otra vez. El llanto se hizo risa y él tras varias terapias con la psicóloga y dejando vicios como eran el tomarse sus copas diarias de vino tinto con los amigos por las tardes, consiguió que aquello ocurrido lo convirtieran en una persona más amable, afable y permisiva. Ella pudo salir con sus amigos después de volver con él y en cuanto a éste supo controlar sus sentimientos y emociones. Así pues, le dijo todo arrepentido: Te traeré la luna para que puedas acariciarla y la postraré a tus pies para que sepas que siempre te voy a querer. De esta forma, fue como ambos se prometieron amor y también como él comprendió que los celos hay que tratarlos y corregirlos como otros vicios por lo que más vale que nos ayuden manos expertas en estos casos y que la vida nos enseñe una simple lección, alguna vez que otra, para así, poder aprender cada uno de sus propios defectos y errores.



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