Aquí van otras perlas históricas de “Historias de la historia” de Carlos Fisas.
n Un anciano estaba sentado bajo el púlpito del predicador. A penas éste había comenzado su sermón cuando el viejo dijo en voz alta:
Esta frase es de Sharlock.
El predicador se asombró, pero continuó con su sermón. Al cabo de un rato se oyó la voz del interruptor:
Esto es de Tillotson.
Más enfado por parte del clérigo. Pausa y continúa. Nueva interrupción del viejo…
Esto es de Thompson
Indignado, el predicador no puede más:
¡ Si no calla de una vez, le hecho a la calle!
El viejo lo miró impávido y dijo en alta voz:
Por fín ha dicho algo original.
n Las conferencias deben ser como las faldas de las mujeres: suficientemente largas para contener algo y suficientemente cortas para despertar el interés. Y no hay género de duda que una minifalda interesa más que una maxifalda. A no ser que se vea compensada por un generoso escote
n Una de conferencias:
Una vez dos conferenciantes hablaban de sus experiencias.
Lo terrible es cuando los oyentes miran una y otras vez el reloj.
Peor es cuando ves que, luego de mirar el reloj, lo llevan al oído creyendo que está parado.
n Unos epigramas:
Se queja de padecer
Dolor de cabeza Irene,
Más no acierto a comprender
Cómo le puede doler
La cabeza que no tiene.
A su mujer ofendido
“Cabra” un marido llamó
y ella se desagrabió
con llamarle…su marido
Enseñé, no me escucharon;
Escribí, no me leyeron;
Curé mal, no me entendieron;
Maté, no me castigaron
Y a con morir satisfice
¡ Oh, muerte!, quiero quejarme;
Bien pudieras perdonarme
Por servicios que te hice.
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