lunes, 1 de octubre de 2012

VIAJE A BARCELONA

Cataluña está en el candelero estos últimos días por culpa de los políticos de turno, Artur Mas y compañía. Solicitan que el Estado central se “olvide” de ellos para que Cataluña tenga más autonomía y consiga la independencia a través de un referéndum en el que el pueblo soberano vote.
Piden autonomía pero también piden que el Estado central sufrage los dispendios del tripartito. A ver si se aclaran; para unas cosas pertenecer al Estado y para otras no. De todas formas, la futura independencia de Cataluña choca con la Constitución.
Aquí os narro un viaje que hice a Barcelona para que os deis cuenta de que Cataluña no son sólo los políticos sino también una comunidad de gentes abiertas a España y a Europa y que no merece las entulticias de sus políticos:


        "Después de pasar toda una semana preparando el viaje por fín cambio el chip y me dispongo a vivir mi mayor aventura en solitario; por lo menos, en lo que al viaje en tren CARTAGENA-BARCELONA se refiere.
      Subrayando y resubrayando la guía de Barcelona y memorizándola hoja a hoja tengo en mente una aproximada idea de la Barcelona de principios de S.XX.: ---Gaudí , Dalí, Picasso--- y de la Barcelona actual--- Eduardo Mendoza, Vázquez Montalban, Maruja Torres, Mercedes Rodomera--- en cuanto a referentes culturales se refiere.
      En cuanto a la historia vital de Barcelona la puedo imaginar a principios del s.XX  con los anarquistas por las calles copando las zonas de la Rambla, La Barceloneta, El barrio gótico del Raval, el, mercado de la Boquería, repartiendo por estas calles sus pasquines revolucionarios con el anhelo utópico, pero para ellos real, de conseguir un mundo --- o en este caso una ciudad--- más igualitaria, solidaria y justa.
      Luchando contra los oligarcas y la burguesía acomodaticia que dominaba la ciudad con la excusa de que a los obreros les proporcionaban el trabajo para poder mantener a sus familias con un poco de dignidad.
      Con la excusa del pan para el obrero y la plusvalía para los empresarios y dueños de las empresas—textiles sobre todo—la sociedad barcelonesa se debatía entre dos mundos muy diferentes,-- los obreros y su revolución particular y los burgueses con sus espectaculares villas y mansiones, donde vivían ajenos a la problemática social de la Barcelona de principios del XX.
      Esta desigualdad social pervive todavía en los barrios mas modestos y tradicionales de la Barcelona actual.
      El contraste es brutal si paseas un buen rato, bien acompañado—para comentar la jugada—por ejemplo,  por la plaza de Catalunya  o la zona turística de la Rambla y luego tan sólo a unas calles adyacentes, tus ojos se percartan de la marginalidad del barrio gótico del Raval – el casco antiguo de Barcelona—
      Lo mismo sucede si se te ocurre visitar la Barceloneta y en vez de echar por el paseo marítimo principal – Paseo Juan de Borbón—caminas por el entramado de calles y callejuelas estrechas y con un trazado irregular y anárquico—como la Barcelona de finales del XIX— de las calles paralelas al paseo turístico tradicional.
      Calles donde los Pakistaníes han instalado sus negocios particulares para prosperar con su trabajo y el sudor de sus inmigrantes frentes.
      Imaginaos lo que tienen que trabajar aquí para poder mandarle a sus familias un poco de dinero ya que apenas subsisten en sus países de origen.
      Quizás incluso son sus padres, hermanos, tíos y abuelos los que en su tierra natal han ahorrado durante décadas para mandar al primogénito a la Europa “desarrollada” y poder éstos enviarles unos euros mensualmente para que sus allegados “tiren pa lante”.
      Barcelona al contrario que Madrid es una ciudad para paseantes despreocupados; es una ciudad típica, en cuanto a mentalidad y filosofía de vida, del mediterráneo Occ.--- MEDITERRÁNEO TIERRA DE PASIÓN..—
      Por supuesto, sus gentes son menos espídicas que los ciudadanos de Madrid. Un ejemplo ilustrativo es el metro:  en Madrid la gente parece que va al “sprint”, sin embargo en Barcelona siguiendo la analogía deportiva parecen que están practicando “carrera de fondo”.Todos, aparentemente, van relajados y sin preocupaciones al contrario que en Madrid, en los que si te fijas un poco todos tienen cara de "estresaos".
La Barcelona de pleno S.XXI  se debate todavía entre los solidarios “ateneos”, donde personas de buena voluntad intentan con esfuerzo paliar la latente pero no por eso, menos evidente marginalidad social, y el Maremagnum surgido después del boom del 92, erigido como el sitio de ocio y entretenimiento de la sociedad barcelonesa actual.
La Ciudad Condal, por otro lado, tiene muy buena muestra del periodo modernista de principios del s.XX:
La Plaza de Catalunya ,--con su rosa de los vientos--, La Rambla, el Mercado de la Boquería,-- donde destacan la mezcla de olores, sabores y atrayentes colores de su fruta y verdura--.con sus gentes yendo de puesto en puesto comparando los distintos manjares y su relación calidad / precio.
Con un poco que te abandones a su vitalidad y el ir y venir de sus gentes La Pla de la Boquería te subyugará y será imposible que, al menos en un espacio largo de tiempo, te olvides de sus típicos olores  y si le echas un poco de morro, de sus sabores.
Probar las distintas clases de uvas, las verdes mandarinas -pequeñas pero sabrosas-, las naranjas, las manzanas, los melones ofrecidos por tajadas -para catar antes de comprar-, las rojas sandías; observar las distintas clases de setas -recolectadas en la cercana sierra catalana- de todos los tamaños, colores y formas; las numerosas y variadas lechugas, los rojos tomates y, por supuesto,  -no podían faltar en un mercado del mediterráneo sus puestos de pescadería- con pulpitos, calamares, sepia y un sin fín de variadas especies marinas-, que colmarían el paladar de cualquier chef  que se precie."

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