lunes, 19 de noviembre de 2012

"LO SENTIMOS, KARL"


            El bueno de Karl, tenía ideales, aunque en esta tierra donde le tocó vivir, se pasaban los ideales por donde la espalda pierde su casto nombre. Èl podía luchar contra la delicuencia, la que podía permitirse hasta un límite, porque con respecto a los verdaderos delicuentes, no podía luchar ni hacer nada.Lo mejor era mantenerse al margen, (porque sino te la jugabas) y vivir haciendo su trabajo, hacer lo posible por limpiar la ciudad de chusma, y criminales de poca monta, es decir, de segunda división, ignorando a sus superiores, que posiblemente, si algún día, tuvieron ideales, los perdieron, y este mundo los corrompió con el tiempo.Y es que uno es "Uno y sus circunstancias".

            ¡Y que circunstancias aquellas de su ciudad, donde todos los días Karl tenía la agenda llena hasta los topes: Tiroteos, puñaladas, drogas, homicidios, robos...! para todos los gustos. En fin, las circunstancias eran penosas y no siempre fueron como Karl quisiera. Ahora, en la calle él era "Uno", y sus "circunstancias" le preocupaban, tenía miedo de que las circunstancias hicieran mella en él,  pues quizá el tiempo lo convertiría en otra persona, un ruin y canalla corrupto.

            Karl era duro y tenía buen juicio, y pese a todo, buen corazón, el justo. Creía en la justicia, pero no en la de los juzgados de Beurum, sino en la propia suya. Un día decidió que era mejor así. Conocer a Karl, saber como se mantenía al margen de la corrupción, y hacer su trabajo con dignidad, lo convertían, como a tantos, en superhéroes, mas superhéroes anónimos, de los que nunca salen en las películas ni en comics, pero existen, están ahí.

             Nunca aceptó un soborno, aunque oportunidades no le faltaron.Lo único malo que hacía era trabajar para una manada de borregos, petulantes e ineptos, que se gastaban el dinero de los contribuyentes pàra beneficio propio: Fiestas, cochazos y putas, a destajo.   Esos eran los presupuestos de los gobernantes. La gente de allí no los rechazaban sino que rezaban por llegar a ser como ellos: ¡Prospera ciudad!

            El compañero de karl, Sam, era un tío legal, como él, y juntos, parecía que los problemas eran más fáciles de solucionar. Todos los días patrullaban la ciudad y raro era el día que no "pescaban a alguien". Pero ahora estaba sólo, y recordó unas palabras de su amigo:

            –Karl, un día de estos, tenemos que echarnos una foto en la que salgamos los dos juntos, me gustaría ponerla en mi despacho y enseñarsela a mi hijo,  por ser el mejor compañero que he conocido en la vida.

             Karl rió y le pareció todo un detalle el gesto de su amigo. Karl, continuaba recordando, las palabras de Sam:
           
             –Tienes que prometeme que no te morirás sin habernos echado la foto juntos.

Karl se lo prometió y cumplió parte se su promesa, al menos él seguía con vida.

Karl paró la tele, se hizo un café y se lo tomó fumándose un cigarrillo y pensó:
            –¡Que asco de vida!
  
 Extracto capítulo 21: "Lo sentimos, Karl" del libro "EL ULTIMO MINUTO" por Dani Alcaraz.



2 comentarios:

  1. HOLA SOY CRISTINA Y ME GUSTAS LO DEL CENTRO QUE TENGA UN BLOG PARA PODER DARLE LAS GRACIAS A TODOS LOS QUE ESCRIBEN.
    GRACIAS.

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