Nos estamos cargando el planeta: con nuestros coches particulares para ir más cómodos de un sitio a otro; con los gases contaminantes de fábricas que producen plásticos que luego usamos todos en nuestra vida diaria; con el mal uso que estamos dando a los recursos naturales, especialmemte al agua de nuestros ríos, lagos y pozos acuíferos que como no llueve se están quedando secos; con la contaminación del mar que baña nuestras costas y playas. Lo utilizamos de basurero universal porque no hay rincón de la tierra que no lance al mar residuos y plásticos que luego para más inri pasa a la cadena alimenticia a través de los peces que comemos. Con la mala gestión de nuestros bosques que los estamos cambiando, sobre todo en pasíses en vías de desarrollo, por plantaciones de palmeras para producir aceite de palma, no recomendable gastronómicamente por otra parte. Con la contaminación de los acuíferos por pesticidas que luego van al mar como pasa aquí con nuestro Mar Menor. En fin con miles de acciones negativas que están degradando la Tierra donde vivimos nosotros y lo que no tenemos en cuenta, las generaciones venideras. Porque lo que prima es el consumo diario y el beneficio inmediato.
Y claro la tierra se queja. Y lo hace en forma de lluvias torrenciales, tsunamis, terremotos, sequías, huracanes, aumento del nivel del mar...cuyas consecuencias pagan los más desfavaforecidos en la mayoría de las ocasiones.
Si todos fuésemos menos egoistas y nos concienzáramos de que la Tierra tiene fecha de caducidad, como sigamos así, podríamos con el poder que tenemos como consumidores y potenciales votantes arruinar empresas y hundir gobiernos que no miren por el medio ambiente; como decíamos de pequeños: por mí y por todos mis compañeros.
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