Este fin de semana pasado lo pasé en la playa, en familia, disfrutando sobre todo con una de mis sobrinas mayores; no os penséis que mucho, solo ocho añicos, mayor ya como dice ella. Es que ya tengo ocho años, reivindica ella cuando se le manda hacer algo que ella piensa que no está acorde con su edad. Bendita niñez. La verdad es que cuando estoy con cualquiera de mis sobrinas, no sé vosotros, pero a mí me retrotae cuarenta años, porque me pongo a su nivel y me lo paso genial con cualquiera de ellas. Cuando me dejan, claro.
Bueno pero de lo que os quería hablar no es de mis sobrinas sino de la contaminación de nuestras playas. Porque qué diferencia las playas que disfrutamos los mayores de las que disfrutan los críos ahora. Les hemos legado, y hablo de nuestra generación y la anterior, un mundo desastroso a nivel ambiental. A mi, que me gusta y disfruto de la Naturaleza, me enerva lo que estamos haciendo con playas, bosques, ríos, mares,... Porque todos somos responsables, todos, y como no cambiemos nuestra mentalidad con respecto al espacio con el que nos relacionamos y en el que ponemos nuestros pies, las generaciones futuras lo llevan crudo. Ya mis sobrinas lo tienen claro y la verdad es que me da pena, pena y rabia de ver como mis congéneres se han, nos hemos cargado a la madre Gaia. Porque mirar los polos, el Ártico y el Antártico, derritiéndose por el cambio climático y, lo que más fastidia, que haya gente por ahí que preside grandes países y no proponga cambios y restricciones en la emisión de gases contaminantes. Mirad también al paso que el mayor pulmón del planeta, la selva amazónica, está desapareciendo. Mirad como la temperatura de la tierra ha aumentado unos grados. Parece que no es nada pero preguntarle por el calor de este fin de semana a un cordobés o a un exrtemeño, verás lo que dicen. Un ejemplo claro de como están cambiando las cosas es el comportamiento de las gaviotas. Al no encontrar alimento en el mar se han vuelto carroñeras y este es solo un ejemplo de como están cambiando los hábitos de los animales. Ya lo decía Darwin, hay que adaptarse y eso es lo que han hecho.
En fin, que mis sobrinas, si no cambiamos nuestras costumbres consumistas y no practicamos el reciclaje al 100%, van a heredar, han heredado, un mundo que en vez del hábitat hermoso que podría ser, es un auténtico basurero.
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