Permanecer todo el fin de semana en casa es la nueva solución terapéutica para rebajar la ansiedad, descansar mejor y disminuir el estrés. Lo dicen los expertos y muchos lo ponemos en práctica casi sin darnos cuenta. Hacer el vago evoluciona y se convierte en la mejor fórmula para desconectar de la rutina diaria, reponer fuerzas y, por qué no, ahorrar dinero. Hablamos del nesting, una moda nada novedosa que tiene tantos devotos como opositores.
Del inglés "nest", que significa "nido", es "nesting" no es más que otra forma de llamar al "sofamanting" (quedarse en el sofá con la mantita), una tendencia que empezó a observarse en Norteamérica en los años 80, cuando gran parte de la población comenzó a retraerse en sí misma, a rechazar el contacto social y a destinar el dinero reservado para el ocio a acondicionar sus hogares. Por aquel entonces, el ostracismo lo provocó el miedo a un exterior que se había vuelto confuso y aterrador tras el 11-S.
Ahora, la culpa (o excusa) es de las redes sociales, la posibilidad de hacer la compra desde el sillón y de que nos limpien la casa por 10 euros. Con tantas opciones, ¿para qué salir a la calle?.
Cualquier cosa vale en esto del nesting, incluso aburrirse. El aburrimiento es un sentimiento que hemos olvidado y que, no sólo nos adormece la mente, sino que es capaz de volver al individuo más altruista y empático.
Los expertos favorables al nesting indican que no hacer nada no es tan sencillo como parece: nos hemos acostumbrado a permanecer en una actividad constante de la que nos cuesta despegarnos sin que aparezca la ansiedad, la frustración o la culpa. Segun ellos, es fundamental no ponerse a hacer ese millón de cosas que teníamos acumuladas, sino permitirse espacios para no hacer "nada". Para algunas personas "nada" es leer un libro, para otras tomarse un té o ver una película. "Nada" es cualquier cosa que ayude a equilibrar nuestro estrés y nuestro exceso de energía.
Uno de los puntos importantes de esta tendencia para desconectar del exterior. Si vamos a pasar dos días en casa, mejor que sea en un ambienteatractivo y acogedor. El "nesting" busca que el hogar y sus elementos sean funcionales pero también agradables, cómodos y reconfortantes. La iluminación también es importante: la luz natural en un día soleado contribuirá a aportarnos una dosis extra de energía.
Los expertos detractores, indican que la desconexión del exterior que impica el "nesting" es una consecuencia anómala para la sociabilidad de los individuos y está, en parte, fomentada por los Gobiernos para fomentar el individualismo y la falta de empatía.
(Basada en "El Mundo", suplemento "Zen", de 11 de junio de 2017)
COMENTARIOS.
1. Creo que tanto los expertos a favor y en contra del "nesting" tienen su parte de razón: es atractiva la idea de no programarse actividad alguna durante 1 o 2 días, porque ayuda a desconectar con la rutina y sentirnos más identificados con nuestro hábitat.
Sin embargo, la misma desconexión puede tener como consecuencia la falta de herramientas para la reconexión posterior.
2. Pienso que la idea más saludable sería el practicar el "nesting" de forma no rutinaria, plantearse casi como una sorpresa que nos damos a nosotros mismos. La idea de que cada viernes se inicia el periodo de "no hacer nada", en mi caso resultaría nefasto, pues lo contemplaría como una rutina más.
3. Supongo que lo ideal es despertarse un viernes y decidir, de pronto, hacer "nesting".