Hoy he decido hacer un artículo muy sencillo. Se trata de un pensamiento que tuve ayer noche.
Antes de dormir, estaba pensando sobre la inteligencia, después de ver The imitation game, una película basada en la vida de Alan Turing. ¡Vaya máquina!. Y es que no todos estamos capacitados para hacer lo que hizo este gran matemático. Pero si esto es así ¿la inteligencia está relegada sólo para unos cuantos elegidos, o todos somos inteligentes hasta que se demuestre lo contrario?.
En mi opinión la persona inteligente se esfuerza menos a la hora de resolver sus problemas, que la persona que no tiene esta facultad, ejercitada. Como se puede ver pienso que todos estamos equipados con este maravilloso don, exceptuando muy pocos casos raros.
Para tener inteligencia, en mi opinión, se trata sólo de obedecer o lo que es lo mismo de imitar. Sí, sí, lo que para los griegos era el arte (arte = imitación). Mirad lo que se me pasó por la mente ayer noche; por ejemplo: cuando una profesora explica un determinado problema en el que se ha de utilizar la inteligencia, en mi opinión no será el más inteligente el que capte lo que la profesora quiere explicar, sino el más obediente, el más imitador de los pasos que explicó la profesora. Como veis es sencillo, sólo tenemos que imitar lo más fielmente posible a la profesora para ser el más inteligente de todos. Pero cuando esto ocurra que no nos ciegue la orgullo. Je je je.
Ahora, después de haber hecho esta pequeña reflexión que quería compartir con vosotros, voy a decir algo sobre la película: trata sobre como una persona (Alan Turing) marginada al final de su vida por su condición sexual y quizás por su excentricidad, adelanta el fin de la II guerra Mundial dos años antes -gracias a que descifra a la máquina Enigma, salvando de la muerte a nada más y nada menos que 14.000.000 de vidas (sí, sí 14 millones). No puedo decir más, porque me gustaría que si es posible disfrutaras viéndola, merece la pena.
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