lunes, 24 de febrero de 2014

¡CARNAVAL! ¡CARNAVAL!,....

Soledad, era una chica muy fiestera. Su cuerpo entre tanto temple y comparsas parecía perfecto. No le sobraba ni un gramo de grasa, todo en ella era puro músculo de tanta fiesta jovial. Esta llevaba muchos años preparándose  para ser la reina de la Chirigota. Llegó el día 9 de febrero, y todo estaba preparado para estos festejos, tan especiales. Pues bien, la noche cobró otro color, lleno de luz y animación.
 Las comparsas sonaban y cimbraban con sus instrumentos tanto que cualquier sordo se hubiera hecho eco de que allí algo grandioso pasaba. Más valía mirar y no perderse detalle. Todos se divertían, puesto que todo aquello era lo que realmente importaba. Pero, Soledad no era la única en este carnaval, la CHONI para los amigos era tan dicharachera como zalamera con sus palabras y gestos ante las cámaras, y, sobre todo, delante de la gente. Daba la impresión de que con solo moverse conquistaba a todo aquel que se fijaba detenidamente en su carroza. Por lo que Soledad se encontraba un tanto desconcertada, ya que no sabía cómo pugnar ante tan gran rival. Ante todo, por la competitividad de ese año. Pero ella se despreocupó e hizo lo que mejor sabía: mover sus posaderas. Los guiris que se encontraban allí, la confundieron con una brasileña contratada y es que su baile que se asemejaba al gran Carnaval de Río de Janeiro, amenizó la  noche. Pronto toda su comparsa dio un gran giro, cambiando así su improvisada actuación, pero casi ve truncado su sueño cuando por poco es descalificada. Aunque la gente actuó bien, si bien era lo mejor de todo lo que allí ocurrió, sus fervientes aplausos y carcajadas de ver digno espectáculo.
 Ella se lo había pasado bomba con  los numerosos vitoreo de la gente ante su comparsa. La CHONI que era una gran profesional como la copa de un pino, nada pudo hacerle, porque aquella noche era su gran noche de ensueño y creatividad que derramaba lindeza por los cuatro costados. Los grandes invitados quedaron derrotados pero no por ello vencidos y por eso, no dejarían de venir al siguiente año para volver a competir por estas fechas tan señaladas en las que cientos de extranjeros, llenaban esa noche las calles, tras la sequía de no pisar tierra ningún barco turístico en mucho tiempo antes, sobre las calles de Cartagena, tan solo para la viña o ruta de las tapas también muy bien conocida fiesta tradicional de la ciudad. Así pues, su comparsa se llevó el gato al agua.
Soledad cumplió su sueño, pero aprendió que la próxima vez debía ser ella, tal como era y no intentar hacer trampas para ganar unas fiestas fascinantes, en las que lo importante era participar y no ganar. Y así pues, finalizaron unos carnavales que jamás pasarían desapercibidos como todos y cada uno de ellos que han tenido lugar, porque así lo han querido sus adorables y encantadoras gentes de esta milenaria y portuaria CARTAGENA  de Escipión  y Asdrúbal cuyas fiestas quedan siempre vigentes con la gratitud y cordialidad de aquellos transeúntes  que tienen como lema: ¡Que disfrutéis de unas felices fiestas! 
Relato inventado sobre el Carnaval 2013.




No hay comentarios:

Publicar un comentario