En la antigua Roma los habitantes necesitaban llevar agua a sus ciudades y desafiaron a la Naturaleza construyendo acueductos, necesitaban asearse e idearon los baños públicos e incluso las saunas. Listos estos romanos. Ahora también desafiamos a la Naturaleza construyendo pantanos en nuestros ríos, puertos en nuestras costas e incluso carreteras en nuestras selvas. La diferencia es que ahora la población se ha multiplicado y somos marabunta por lo que el impacto ambiental de nuestras acciones también se ha multiplicado hasta el punto de que está en peligro la biodiversidad del Planeta.
Necesitamos un desarrollo con una economía
moral, ecológica y cultural capaz de no comprometer la viabilidad de las
futuras generaciones. Vamos, que es necesario no echar más mierda, no generar más
desechos de los que la
Naturaleza es capaz de asimilar. Por imperativo ético con
nuestros hijos y nietos. Porque hasta hace unos años, no muchos, 50 ó 60, hemos
avanzado progresando adecuadamente pero ahora, debido a la superpoblación del
Planeta y a las necesidades artificiales con las que nos bombardean las grandes
corporaciones y los medios de comunicación de masas, nos hacen consumir
productos que ¿realmente necesitamos? Y es más, nos hacen sentir mal si no los
consumimos.
Y este desarrollo sostenible y ético
también, acarrearía más salud a nuestras vidas porque ¿no os habéis percatado
del enorme auge del cáncer entre personas de nuestro entorno? Y el cáncer se
produce por un crecimiento anormal de la células de nuestro cuerpo pero ¿debido
a qué más ahora que antes? Ahí dejo la pregunta.
El 90% de la población mundial
respira aire contaminado y por esta causa mueren en el Mundo 20 millones de
personas cuyas muertes podrían ser prevenibles. Y así un largo suma y sigue…
La Naturaleza es preciosa y nos la estamos cargando a pasos de gigante.
La necesitamos, tenemos que hacerla nuestra aliada por la sencilla razón de que
vivimos de lo que ella produce, vivimos en su casa y dependemos de ella.
Tenemos el imperativo legal de cuidarla, por nosotros y por los que vienen detrás.
Y sin embargo ¿qué hacemos? Pues cargarnos sus mares, sus ríos, sus bosques y
sus selvas y para más INRI hemos modificado el clima que modera todas estas
maravillas. El cambio climático es un hecho y afecta a nuestras vidas. Ya lo estamos
viendo. Y negarlo es negar la mayor. Es tener una venda en los ojos egoísta y
decir: yo sigo con lo mío y que lo arreglen otros. Tenemos que ser conscientes de
cómo todos podemos contribuir a, por lo menos, no incrementar con nuestros hábitos
el calentamiento global.
Yo salgo al campo, por lo menos, una
vez a la semana y ver los campos verdes llenos de romero, tomillo, lavanda,
palmito es una gozada. Pensar que muchos personas en Bolivia, Venezuela, Brasil…
ya no pueden ver el paisaje natural que veían de pequeños porque está
desapareciendo debido a interminables autopistas, grandes pantanos o,
simplemente, por la roturación de tierras para nuevos cultivos, es una pena.
Por eso: piensa globalmente y actúa
localmente y que vivan las raíces y arriba las ramas.
BASI JORQUERA
Hay más cáncer porque vivimos más años.
ResponderEliminarLo que puedo hacer yo es reutilizar, reciclar y intentar no consumir tanto.
También creo que puedo votar a partidos políticos que apoyen el medio ambiente.
Hay más cáncer porque vivimos más años.
ResponderEliminarLo que puedo hacer yo es reutilizar, reciclar y intentar no consumir tanto.
También creo que puedo votar a partidos políticos que apoyen el medio ambiente.