Este relato es inventado, espero que os guste:
EL PIRATA MALAPINTA
Malapinta
era un joven revoltoso de unos … digamos 16 años. Su padre era un pirata a
quienes le atribuían amistad con el mismísimo BARBARROJA, nació en la costa de
un país lejano , su madre murió al dar a luz a su pequeño hermanito “Alzor”, ambos quedaron huérfanos de madre y su padre siempre estaba embarcado,
combatiendo en batallas cruentas contra otros piratas y contra sus propios amotinamientos. Pero Malapinta quería ser como su padre,
valiente y fuerte, pero debía de cuidar
de ALZOR quien prefirió una vida de estudio.
Malapinta embarcó en “Mijlab”, era el barco pirata más temido de
las costas del Mediterráneo, que significaba “zarpa que corta el viento” y se dirigieron a la
costa sur de España, hacia Cartagena.
Cartagena era un puerto
militar y comercial, puerto natural muy defensivo, querían entrar y luchar
contra los cristianos y establecerse
junto al gran castillo árabe. Así
lo hicieron, se establecieron. Alzor quedó al cuidado de ALMIRA, mujer del
medico del pueblo. Malapinta estaba asombrado,
había muchas culturas, árabes, cristianos, griegos…
Pero se avecinaba un gran
conflicto. En España se quería acabar
con los árabes establecidos, se pretendia que se convirtieran al cristianismo o
expulsion. Malapinta era un hombre de
mar, no tenía mayor religión que la mar
y decidió combatir la cristiandad, por lo que embarcó de nuevo en Mijlab
dejando a Alzor en puerto, bajo el cuidado de Almira, Almira vivía en una pequeña casita de adobe en el monte, en la ladera
oeste, junto a un mercado donde abundaban cerámicas vidriadas .
Alzor
sabe que su nuevo enemigo es “La
cristiandad”, pero durante un tiempo se vivirá en paz. La Santísima Inquisición
ha dado un ultimátum, conversión o muerte.
El tiempo pasa y Malapinta
se dirige hacia Sicilia para encontrarse con el mismísimo Barbarroja: Una
cicatriz se marca en sus morenas y escuálidas mejillas y sufre por la distancia
que le separa de su hermano, alzor:
Alzor quedó en tierra, en el puerto de Cartagena y se hizo un
hombre de letras y ciencia, “un gran médico”. Pero ha sido acusado de herejía y
brujería, al intervenir a los pacientes con dudosas pócimas y técnicas “mágicas”
en una gran epidemia de peste que ha
asolado la ciudad. Es acusado por la Santísima Inquisición ,
va a sufrir su ira. Todo parece perdido, son las últimas horas para el fatal
desenlace, ya en la hoguera, susurra sus últimas palabras…y el recuerdo de su
hermano le viene a la mente, cuando en el horizonte un barco ondea la bandera pirata, es Malapinta que llega
en su rescate como cuando eran pequeños, parece que las últimas plegarias del condenado
se han hecho realidad “volver a ver a su hermano”
FIN
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