lunes, 28 de enero de 2013

LOS CUATRO ELEMENTOS


Mientras Euxípides bromeaba de nuevo, en el comité había algunas caras largas, y otras, más largas aún: ¡Maldita la gracia!, se adivinaba en el aire.
            – Oh rey, cuan grande es vuestra bondad...-Decían.
            – ¡No, no... a mi no! dadle las gracias a este hombre.-Dijo el soberano.
            – Por cierto ¿quien eres?
            – Un aprendiz. 
-Eres demasiado anciano para ser aprendiz...
-Cuando se tiene curiosidad por la observación, la razón nunca deja de fluir ni yo de   
aprender, por eso soy tan solo un aprendiz, y lo seré, hasta el día de mi muerte. O ¿acaso acaba el río hasta entonces?

            – Pues eso no será hoy... anciano, por tu ingenio y sabiduría quiero que seas mi consejero de honor y te nombraré sabio de mi corte, porque a mi me lo pareces, aunque tu te consideres un mero aprendiz. Que los poetas y músicos registren lo ocurrido. Bueno aprendiz... algún nombre tendrás ¿como podemos llamarte?

            -Me llamo Aristóteles, alumno de Platón que a su vez fue alumno de Sócrates; No es
muy interesante, pero siempre viene bien hacer memoria...
            -No puedo aceptar el cargo que me ofrece –proseguía el anciano – yo soy un alma
errante que recorre las ciudades y caminos, y que solo busca comprender el mundo que le rodea. Mi curiosidad me impide estarme quieto, no podría soportar estar encerrado en palacio.

            En tal caso, siempre serás bienvenido, cuentas con mi favor y el favor de mi pueblo,    Aristófanes...
            – ¡¡No,no, me llamo Aristóteles!! A mi exposición tengo que añadir la posible existencia de un quinto elemento, que aunque es invisible y lo invade todo, es de lo que están hechas las ideas. Ya he acabado mi discurso, no quiero aburríos más con mis locas ideas. – Dijo Aristófanes, digo Aristóteles.

-De locas nada (nos habían salvado la vida)  –¡VIVA EL GRAN ARISTÓFANES! –  
-dijeron algunos al unísono.
-La madre que os parió... -Susurraba el viejo para sus adentros-

            Los demás empezaron a aplaudir súbitamente y la alegría fue multitudinaria, Euxípides sonrió también:
            – Me temo que tendré que seguir aplastando ejércitos al estilo tradicional. Tal vez no pueda retar a los dioses. Pero mis guerreros de Esparta, el mejor ejercito del mundo, aplastarán a nuestros enemigos con o sin elementos. Solo hacen falta armas: espadas, lanzas y escudos... y nuestros hombres, dispuestos a empuñarlas a la vieja usanza, como toda la vida de Dios.

Ya llegada la noche,  Euxípides mandó traer vino para todo el mundo, la velada le había complacido mucho:
            – ¡Pero diablos, que corra el vino, brindemos en honor a Baco y a Aristóteles! discípulo ¿de quien era? bueno es igual. Sin duda tus maestros no pasarán a la historia.
- Ni lo pretendemos – Replicó Aristóteles.

            Los músicos y poetas tocaron y declamaron, aparecieron bellas muchachas bailando y allí se organizó una juerga como no se recordaba en ese palacio de Esparta desde hacía mucho tiempo.
            ¡Por Zeus! todos bebieron tanto vino esa noche que hubo algunos que incluso juraron haber visto el quinto elemento pululando por palacio. En fin, no les fue mal y todo quedó en... ¿como diría yo? una trágica broma de este jocoso rey, cuyo aburrimiento en esos tiempos de paz le inducían a entretenerse de la mejor forma posible. La historia no conserva ni una sola palabra de este rey ¿Y a quien le importa? aunque todos los ahí presentes pudieron contarlo.

            Baco reía desde las nubes, y entre copa y copa de vino, admiraba a las chicas danzar:
<<¡Que elementas!>>
Dani Alcaraz



¡¡¡MAS EN ENDORA 13!!!  "Los 4 elementos" Daniel Alcaraz gonzález







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