Érase una vez, un planeta muy oscuro, lleno de maldad, odio e injusto.
Llegó un momento en que ya se hizo mayor y se puso muy enfermo.
Sus anticuerpos defensivos bajaron, respiraba mal, y tenia el colesterol (los residuos) muy alto.
Pendía de un hilo y casi acaba en la UVI , como sus hermanos (los planetas) donde algunos ya están muertos.
Si no hubiese sido por una bacteria (el hombre) que se adueño de él de forma incorrecta,
Este planeta (la tierra), estaría sano. Con sus pulmones (la vegetación) limpios de polvo (contaminación atmosférica), y sus células sanas (sus seres vivos, excepto el hombre).
Esa bacteria asesina, violo su aparato digestivo (sus autorrecursos o materias primas).
Este mundo empezó su infancia estando sano, pero tras la civilización progresiva de los tiempos, ha llegado a su mayoría de edad con sus venas (los caminos y senderos), enfermos (de basura y escombros). Esta constipado y a veces estornuda (los terremotos y tsunamis).
Se intenta autodefender de esta bacteria llamada hombre vomitando (inundaciones y huracanes).
Incluso ha llegado a tener cáncer (las guerras provocadas por el hombre).
Su conciencia y espíritu (el orden de su naturaleza), también, han enfermado.
Ella sigue su destino, caminando hacia su abismo. Tiene el peligro de tener un accidente (la llegada de un meteorito).
Tiene hasta fiebre (el calentamiento global).
Después de decir tanto diagnostico, decir que, nos comportamos con La Tierra , como un parasito en vez de hacer una simbiosis con ella. Ya es tarde; pero mas vale tarde que nunca, según se dice.
¡Hagamos la paz con nuestro hogar, que por algo lo es nuestro planeta, La Tierra!
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