viernes, 17 de noviembre de 2017

EL DESASTRE DE BONN

La gente no se da cuenta, o a lo mejor es que no quiere darse cuenta, porque es más fácil seguir con nuestro día a día: uso desmesurado e innecesario de la energía eléctrica, tala de árboles en las selvas asiáticas y americanas, uso abusivo de los medios de transporte privados, pasividad de acción ante políticas medioambientales que están siquiera fuera del sentido común, uso abusivo del petróleo... que ponernos manos a la obra y ser sujetos activos en el cambio de actitudes individuales  ante el cambio climático. Porque todos podemos poner nuestro granito de arena, y es muy importante que lo hagamos, porque en juego está el disfrute del medioambiente y la calidad de vida de las generaciones que nos preceden. 
Comento esto porque en Bonn se ha celebrado esta semana la Cumbre del Clima y los países que tenían que mover ficha no lo han echo o lo han echo tímidamente. Parece que China, tras el fenómeno Obama, va a liderar la inversión en energías renovables aunque solo sea, y no es una cuestión baladí, de que en muchas ciudades chinas sus ciudadanos tienen que salir a la calle con mascarillas para protegerse de la polución que padecen. Más cerca, en Madrid, el ayuntamiento ha restringido el tráfico rodado en la emblemática Gran Vía por esta causa también. O sea que es un problema que traspasa fronteras.
Y una paradoja: ¿Quienes somos los responsables del cambio climático? Los países ricos con el consumo irresponsable de energías fuertemente contaminantes como el carbón y el petróleo. ¿ Y quien paga el pato? Sobre todo la parte más vulnerable de los países pobres. Ahí está el ejemplo del efecto causado por los huracanes en Suramérica hace unos meses.
 Y no cabe duda de que estos fenómenos atmosféricos son producto del cambio en las estaciones y en el clima mundial. No nos vayamos muy lejos; aquí en España Galicia tierra verde y húmeda per se, está en alerta por sequía al igual que toda la cuenca del Segura. Los pantanos están a mínimos históricos de baja capacidad de agua. 
¿Qué más pruebas quieren nuestros políticos para cambiar los protocolos de producción y consumo de energía? Los políticos están para hacer más fácil la vida de los ciudadanos y para legislar pensando también en las generaciones venideras; en los que heredarán selvas, mares, océanos, desiertos, ríos, bosques y prados. No podemos, moralmente hablando, dejarles un Mundo peor de lo que nos lo hemos encontrado y eso es precisamente lo que estamos haciendo: contaminando, construyendo sin predecir los efectos en el medio ambiente, y consumiendo sin control ni cabeza generando residuos que contaminan.
Presionemos a nuestros políticos para que nuestrros hijos y nietos puedan disfrutar de un Mundo límpio y sin contaminación, o por lo menos, sin tanta contaminación porque el futuro de las generaciones que vienen detrás está en juego; por eso piensa globalmente, actúa localmente.  

                                                                           BASI JORQUERA












    

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