El Mar Menor está en la UCI y como nos descuidemos pronto estará en cuidados paliativos porque los políticos siempre van a rebufo de los que la sociedad demanda. Y la verdad, no me preocupan los políticos, porque ya los conocemos, sino la sociedad civil que se muestra pasiva ante un problema que transpasa fronteras y generaciones. Fronteras, porque el Mar Menor, con su biodiversidad y su uso en actividades náuticas ha atraído a muchos turistas de allende nuestros mares. Y generaciones, porque ya nuestros abuelos, cuando la rivera del mar Menor gozaba de salud, disfrutaban de los calderos que hacían los pescadores tras su faena en esta laguna salada y de los caballitos de mar, ahora desaparecidos, que observaban al bucear. Y esto lo han oído los hijos y los nietos de esos abuelos que conocieron el Mar Menor en todo su esplendor. Y hablo de los abuelos pero yo, hasta no hace mucho, también he disfrutado de esta joya de la Naturaleza cogiendo chirlas que luego hervía y que con un poco de limón están para chuparse los dedos. Pues bien ahora todo eso ha desaparecido y no voy a nombrar las causas: eutrificación, exceso de nitratos, ausencia de filtros verdes naturales, vertido de sustancias nocivas para la laguna... sino de que somos los ciudadanos los que ante un problema de este tipo, que nos afecta a todos, no nos movilizamos y mandamos al paro a esos políticos que dicen que nos representan pero en realidad solo se preocupan de lo que se pueden llevar a su saca; ellos y sus amigos. Porque si no no se entiende su dejación de funciones y su irresponsabilidad ante este problema que afecta a todos los ciudadanos de la Región de Murcia y a muchos visitantes que durante el año se dejan caer por estas tierras nuestras.
BASI JORQUERA