(Extraído de "Magazine", dominical de La Opinión, 5 de marzo de 2017).
"Es lo último para combatir problemas psicológicos como la inseguridad y los miedos y también es efectivo contra la rigidez corporal.
Se llama otonamaki, es una técnica japonesa y consiste en dejarse envolver en una tela fina, en postura fetal, sobre una colchoneta y mirando al techo.
A los adultos los envuelven por completo, a los niños les dejan fuera la cabeza para que no se agobien. Una vez empaquetado, hay que permanecer en silencio durante 20 minutos. Sus practicantes dicen que es relajante.
La idea se le ocurrió a una matrona, Nobuko Watanabe, inspirándose en el ohinamaki, que es la antigua costumbre de "embalar" a los bebés en sábanas apretadas. La matrona decidió empaquetar a las recién paridas para aliviar sus dolores musculares. Ellas le contaron lo a gusto que se sentían envueltas en postura fetal, así que la señora Watanabe decidió ampliar el público del otonamaki. Y triunfó.
Quienes lo han probado dicen que se han sentido mejor tras envolverse como crisálidas", según el artículo.
Comentario:
Una nueva técnica de relajación, que se une a las múltiples existentes, basada en las culturas seculares de los pueblos orientales...
Está claro que nuestra sociedad está angustiada y estresada y que, como consecuencia, aprecia cualquier novedad que ayude a relajarse a los individuos. El otonamaki, por el principio en que se basa (la posición fetal) y por la forma de aplicación (presión, luz...), parece, en principio, muy adecuada para conseguir su objetivo.
Se puede augurar su extensión a occidente y su éxito en la población a que se aplique (salvo para los que padezcan claustrofobia...)
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