La crisis ha pasado factura incluso a la forma de alimentarnos. Al ocio fuera de casa. A en qué alimentos gastamos nuestro dinero cuando salimos de farra con la familia o los amigos. A en qué restaurantes nos metemos cuando queremos comer diferente.
Yo creo que la crisis nos ha polarizado en muchos sentidos tambien en cuanto a la gastronomía se refiere. Sólo hay que ir a un McDonald`s o a un Telepizza o a un Ñam Ñam, aquí en Cartagena, por poner un ejemplo cercano, un fín de semana, y para darse cuenta de lo que estoy hablando.
Y lo peor es que los padres actuales están fomentando ese consumo de fast food o comida "low cost" que vale poco dinero y la verdad de suculenta no tiene nada.
¿Nos hemos vuelto menos exigentes a la hora de comer fuera de casa, es que nuestra escala para percibir sabores ha cambiado?, o por contra lo que ha pasado es que buscamos sitios que se adapten a nuestros bolsillos sin importarnos lo que nos echamos a la boca. Sin importarnos la calidad de lo que comemos. Yo creo que prevalece lo último y también que mucha gente busca saciarse, comer mucho, por poco dinero.
Yo la verdad es que prefiero comer fuera de casa una o dos veces al mes y buscar calidad que comer muchos días fuera y mal.
Pero eso ya está en el gusto del consumidor.
Este artículo está inspirada en esta noticia de El País:http://elpaissemanal.elpais.com/
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