Pobreza y discapacidad; vaya cóctel explosivo.
Se supone que los hijos de la clase media, en los países occidentales y desarrollados, tendrían que vivir mejor que sus progenitores por aquello de la mejora de las condiciones sociales de una generación a otra. Por mor de la meritocracia. Que sería una forma de superación personal.
Pero qué pasa si tu familia es pobre, aquí tenemos suerte porque el Estado tiene muchos tentáculos y llega a las clases más desfavorecidas. Pero qué pasa en Africa o Latinoamérica. Continentes donde la pobreza es sistémica y está generalizada. Pues que allá con tu suerte porque ni el esfuerzo ni la superación personal te van a sacar de la miseria, porque literalmente no tienes oportunidades. Qué pena. En esos países, más que en otros, dependiendo de en la familia que nazcas vas a tener más suerte o menos. No debería ser así, pero así es como funciona el capitalismo y la globalización.
En esos países tener una silla de ruedas es un lujo para un discapacitado físico. Tener un centro de rehabilitación para discapacitados psíquicos, impensable.
Por eso ternemos que ser conscientes de la suerte que tenemos de vivir en un país como España, en una comunidad como la europea. Por mucho que nos quejemos, por muy mal que nos vayan las cosas, siempre nos podrían ir peor, si no viviéramos en este continente.
Imaginaros la vida, el día a día, de un discapacitado en un país sin oportunidades, con opciones cero. Yo me pongo en la piel de esas personas y se me eriza la piel nada más pensarlo. Un dependiente, ya sea físico o psiquico,...menuda vida le espera. ¿Cómo será su día a día?¿Tendrá fuerza para afrontar su discapacidad o se hundirá en la miseria? Valga la expresión. ¿Se levantará olvidando su discapacidad y pensando sólo en qué hecharse a la boca o querrá alimentarse también espiritualmente? En los países pobres, hay que decir, que la gente suele ser muy solidaria; no son tan egoistas como aquí que vemos un indigente por la calle y pensamos despectivamente: ¡va!, otro más buscando en la basura.Yo anhelo que a un semejante mío en un país desfavorecido, pobre, no lo dejen tirado como a una colilla y sus familiares o amigos le ayuden a tirar para adelante. Que al menos haya un poco de solidaridad con esas personas. Porque no todos tenemos la suerte de nacer donde existen oportunidades.
Articulo motivado por este otro de El país:
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