Lo que parecía niebla era
simplemente contaminación.
Los aldeanos culpaban a la
chimenea de la fábrica de la alta tasa de mortalidad.
Varios montes desaparecieron para
formar parte de las canteras de arena y mármol
La campiña quedo opacada por una
urbanización y un campo de golf .
Exclusivo.
Con su guarda y garita.
Al final de la temporada de caza
los cazadores mataban a sus podencos señalados.
Un eterno campo de lechugas
surgía de las faldas de la sierra a mas allá de la carretera.
Los montones de lechugas
deficientes para la venta se apilan creando un liquido lechuguino que
desforestaba todo a su paso.
Cada agosto llegaba la tomatina,
montañas de tomates cherry despreciados por la fábrica y seleccionados por los
aldeanos para su consumo.
Los nopales y las pitas otrora
florecientes quedaron en una perpetua languidez debido a plagas extrañas. Hasta
las plantas de alcaparra se secaron dejando de dar sus frutos.
Las avionetas de las aseguradoras sobrevolaban el cielo disparando
cohetes de yoduro de plata para que
nunca lloviera. Este es el triste panorama de un rincón del campo murciano
aquejado de miles de problemas.
Jolin, pues vaya panorama. Algo deberían hacer para solucionarlo.
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