Nuevamente ha vuelto el
otoño y la rutina en el Centro de
Rehabilitación con actividades e ilusiones nuevas siempre de cara una mejoría
que nos anime a hacer más llevaderas nuestras vidas. No negaré que me atrae la
posibilidad de conocer nuevas personas, sus historias y casos. La hoja de los
árboles irá cayendo y una pizca de melancolía se adueñara de nuestros
corazones. Los días irán perdiendo la luz del sol con el cambio de hora y
nuestros cuerpos se irán cubriendo de ropa cada vez más gruesa. Es tiempo de
uvas y de granadas. Yo asocio también el otoño a un olor lejano, el de las
castañeras de la Gran Vía de Murcia.
Los nuevos discos que me compraba por mi santo y cumpleaños y el papel de
celofán transparente y el olor a tinta de las carpetillas. Haciendo una breve
recapacitación le deseo lo mejor a los usuarios del centro en sus nuevos
talleres, un feliz ingreso a los nuevos,
suerte y amistad para todos..
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