En un episodio de los Simpson, Bart se hace pasar por un niño que ha caído en
un pozo, el pequeño Timmy O´Toole, para
luego caer realmente en un pozo y intentar ser salvado por todos los ciudadanos.
Estaba cantado el espectáculo
diario de los métodos de comunicación respecto a la caída del pequeño
Julen a un pozo ilegal de inspección de aguas freáticas mal tapado. Reporteros
de lo amarillo reciclados en serios informadores. Programas del corazón que se
reconvierten camaleónicamente en serios informativos para justo después contar
los líos de cama de una exazafata de
Telecupón en el Ritz de Madrid con un
actor de Hollywood. Los acontecimientos diarios de un reality show donde un
grupo de famosillos se dedican a representar un teatrillo de amores y desamores
guionizado. Llegando un día a presentarse los miembros de un equipo de
Televisión todos de luto esperando el óbito del chaval.
Al accidente de Julen no le han faltado todos los tópicos de una
tragicomedia televisiva, los abnegados
ingenieros (los mejores de Andalucía), las fuerzas y cuerpos de seguridad del
estado velando por la salud de todos , un grupo de psicólogos que asesoran noche y día al desconsolado
matrimonio,un guía espiritual que es Juan José Cortés que apoya
infatigablemente y comparte vivencias con el padre. Los calditos de pollo y
chocolates que las amas de casa del pueblo les llevan a los trabajadores. Los
medios humanos y materiales venidos de todo el país, incluso de la muy avanzada
Suecia. Los heroicos mineros asturianos dispuestos a rescatar a quien sea arriesgando para ello su vida. Los que prestan
casas a cambio de nada para dar refugio a los cansados obreros. Lo dicho toda
una tragicomedia que recuerda a la genial película de Billy Wilder “El gran
carnaval”, donde un periodista sin escrúpulos alarga el accidente de un
minero en un pueblecito para progresar profesionalmente.
Especialmente dramáticas
resultaron las últimas horas del acceso de los mineros al cuerpo del chaval donde por youtube
y en directo streaming de Mediaset y
otros grupos mediáticos corrían todo tipo de bulos. Desde que los
brigadistas estaban a 15
centímetros y el niño estaba vivo ,a plegarias llegadas
de todos los países del mundo.
Al final se confirmó la tragedia
y el espectáculo también volvió a repetirse. Por el PP y por España decía Juan
Antonio Cortés que iban a sacar al niño. Un diario digital afirmaba que el pozo
era una cuestión de drogas de un familiar del padre del niño, noticia contrastadísima
por cierto que se demostró completamente falsa.
Pasado el entierro no tardaría en
llegar el ruido mediático en ciertos periódicos y publicaciones acerca de la
metodología dudosa de los medios de
comunicación, pero apuesten durará poco, perro no come carne de perro. El show
debe continuar.
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