Si naciera ahora el bendito niño
sagrado, el de la buena nueva, el del mensaje de amor fraterno, nacería con un
móvil en la mano y seguramente en casa de unos padres con trabajo precario y
una dación en pago en ciernes, porque aunque dicen que la crisis está
remitiendo, la diferencia entre los que ganan más y los que ganan un mísero
sueldo está aumentando. Ha aumentado en estos años de crisis provocada, no por
quienes la sufrimos, sino por los que están dentro del sistema, por quien
maneja los cuartos, por los bancos y los que trabajan para engordar sus
resultados año tras año. Porque para ellos no hay crisis y, si la ha habido, la
hemos sufragado entre todos. El famoso rescate, que hizo cambiar la Constitución en
cuestión de días. Veremos a ver el tiempo que tardan ahora en ponerse de
acuerdo para modificarla otra vez.
Si
naciera ahora el bendito niño sagrado seguro que de mayor querría ser de
Greenpeace o de ANSE, porque no hay mayor orgullo que trabajar para que, los que
vengan detrás, puedan disfrutar de la Naturaleza lo mismo que la has disfrutado tú.
Porque la Naturaleza
no conoce de religión, ni de nacionalidad, ni de ideología, ni de nivel social;
la Naturaleza
está para que la disfrutemos todos sin importar credo ni nivel social. Para que
la disfrutemos bañándonos en sus mares, libres de plásticos y microplásticos
que impiden un baño gozoso, porque se vierten al mar cada día millones de
toneladas de envases de todo lo que consumimos y no nos vale. Producimos,
consumimos y ensuciamos en el primer mundo y tenemos como vertederos a los del
tercer mundo. Solidaridad ecosocial llamaría
yo a eso. Porque la
Naturaleza también permite que todos salgamos al campo, aquí
en nuestra tierra con sus palmitos, su romero, su tomillo y su tetraclinis
articulata o ciprés cartagenero y nos deleitemos con esos ocres característicos
de nuestros montes. Porque hacer senderismo por Calblanque, Cabo Tiñoso, Portmán
o la Sierra de
la Fausilla
es un placer del que podemos disfrutar todos. No nos cobran, de momento, por
salir al campo o al monte, bañarnos en el mar u observar el vuelo de los
flamencos en las salinas de La
Manga o en las de San Pedro del Pinatar.
Si
naciera ahora el bendito niño sagrado seguro que querría morir sin sufrir, --porque
bastante se sufre ya en vida--, y rodeado de los suyos y no en un asilo o una
residencia de ancianos. Porque no hay mayor calidez y confort que, en esos
tristes momentos, estar en tu hogar, rodeado de recuerdos donde has vivido con
tu familia y has recibido a tus amigos. Antes de que se deteriore la mente
seguro que él se tomaría una pastillita y si te he visto no me acuerdo. Porque
la sociedad avanza y es un retraso sufrir por sufrir. Hacer que los que se
quedan estén pendientes de ti sería un incordio para ellos porque
querría que lo recordaran feliz y contento y no pensando que le han tenido, la
noche anterior, que quitar los pañales. Por eso música agradable, una barrita
de incienso, una bebida acorde a sus gustos, a cerrar los ojos y a otra cosa
mariposa. Porque la muerte no es un fin sino un tránsito hacia otras formas de
estar y sentir y no hay que tenerle miedo a ese momento sino estar con la
conciencia tranquila para afrontar ese estadío en paz, que tarde o temprano a
todos nos llegará. Porque la vida es una preparación para la muerte.
En
fin, si naciera ahora el bendito niño sagrado seguro que lucharía por dejar un
Mundo mejor que el que se hubiera encontrado, aunque si esto fuera una empresa
imposible, sí lucharía por hacer que los que le rodean fueran felices en su
presencia.
BASI JORQUERA 30-XI-2017
La vida va progesando, y vamos con estrés y no nos paramos a pensar en cosas puqueñas que nos hacen feliz, como fijarte y disfrutar de mirar una flor y quererla y mimarla. Como las personas y que le gusta la playa, la montaña y la naturaleza. Hay a gente que le gustan las fiestas, a mi me gusta andar, la ginasia, y la rehabitacion.
ResponderEliminarYo soy feliz y creo en Dios y tengo fe.
Un saludo.